La Innombrable

No entiendo la autoflagelación a la que se somete el "pueblo llano": esa constante alusión a la crisis para escusarse de todo, ese arte para hacer un chascarrillo en cualquier momento con la crisis ... hasta parece que la conversación en el ascensor ha pasado del buen o mal tiempo que hace al que la crisis me ahoga más que a nadie.

La crisis es un monstruo que se alimenta de su propio nombre, es decir, si pronuncias su nombre (no hace falta que sea frente a un espejo, no es Candyman) se hace más grande, y hay que tener cuidado porque aunque todavía no sufras sus efectos, puede llegar el momento que el monstruo sea de tamaño tan desmesurado que no tengas escapatoria, y es en ese mismo instante cuando te darás cuenta de que ya no tienes tiempo para nombrar a la innombrable, solo tienes tiempo de intentar escapar de ella.

En estos tiempos que corren hay pocas cosas que sean más guays que intentar padecer a la innombrable, o por lo menos acordarse de ella cuando realicemos cualquier acción trivial: la nombro al pagar la compra en el supermercado, la nombro al llenar el depósito, la nombro al tomarme una cervecita, ... Curiosa contradicción en la que caemos, ya que curiosamente durante ese mismo día en que la hemos nombrado en el super, más tarde iremos a comprarnos unos pantalones (los cuartos vaqueros que colocaremos en nuestro "siempre triste" armario); curiosa contradicción en la que el mismo día que la hemos nombrado en la gasolinera, hemos quedado para tomar un café y hemos bajado el coche para estar 20 minutos buscando aparcamiento; curiosa contradicción al nombrarla en el bar mientras mantenemos erguida la quinta cerveza en la mano...

Por eso arengo a la "ingente" masa lectora de este espacio para que volvamos ha conversar del tiempo, a que las bromas vuelvan a ser el "fistro, cobarde y pecadorr", y a que, sobre todo, seamos consecuentes con lo que, en cierta manera, hemos despertado todos: a la innombrable.

P.D.:Esta entrada viene a cuento de que estoy cansado de que a la gente se le llene la boca hablando de lo mal que lleva la crisis, cuando ésta aun no ha pasado ni tan siquiera cerca de estos individuos.
Desde aquí mi apoyo a los que de veras sufren la crisis, aunque en realidad mi apoyo no sirva de nada.

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